domingo, 6 de agosto de 2017

Descalce de cimentación de un viaducto de la GC-2 (Norte de Gran Canaria), por Paco Vega.


El descalce de la cimentación de una pila de uno de los viaductos de la GC-2 no parece ser un tema menor como algunos intentan disfrazar, por lo que esta noticia ha corrido como la pólvora por las redes sociales, teniendo en cuenta la lógica preocupación generada entre los usuarios de esta vía de reciente construcción.

Y es que hay que recordar que esta obra se recepcionó en 2012, con tres años de retraso y un 20% de encarecimiento sobre lo presupuestado inicialmente, sometiendo a todos los automovilistas a un auténtico maltrato, debido a los citados retrasos, cortes de tráfico continuos -sin aviso previo- y sin apenas señalización y multitud de incidencias que nos vimos obligados a soportar sin que a nadie pareciera importarle. Las caravanas interminables y los miles de euros gastados en esas retenciones son ahora sólo un mal sueño, pero hay que tener memoria. La iluminación de esta misma vía no se puso en funcionamiento hasta el 2014. Y ahora que parecían haberse resuelto todos los problemas nos despertamos con esta inquietante noticia.

Esta es una gran obra de ingeniería que todos suponíamos a la altura de su envergadura, confiando por tanto en que la misma había sido realizada con los máximos requisitos técnicos y de calidad, necesarios para soportar el paso del tiempo, como no puede ser de otra manera. A nadie se le pasó por la cabeza otra cosa. Sin embargo ahora nos encontramos con esta incidencia por el descalce de un pilar a los pocos años de su inauguración, por lo que las dudas sobre lo ejecutado empiezan a sobrevolar la cabeza de los sufridos automovilistas del norte.

Es lógico pensar que, las exigencias de la cimentación deben ser mayores en los terrenos inestables, como es el caso, algo que a la vista de los resultados no sé si se ha tenido en cuenta. La zona tampoco es lugar de escorrentías, pero de haberlo sido las exigencias de la cimentación serían aún mayores, algo que debe constar en el proyecto de construcción de la obra y de cada pilar. Cualquier obra de ingeniería civil necesita obligatoriamente un estudio geotécnico y topográfico del terreno antes de mover una sola piedra, por lo tanto resulta sorprendente este descalzamiento en una obra reciente, lo que no ha ocurrido en cuarenta años con sus puentes hermanos de la misma vía.

La reparación de la “incidencia” ya está presupuestada y adjudicada, por lo que en principio -salvo agravamiento del descalce- no parece haber motivos para la alarma ni para cortar la circulación de la vía.



En los comunicados previos sobre la actuación prevista, en lo que el propio
Gobierno identifica como “Descalce cimentación de la pila número cinco del viaducto número cuatro, en la zona de Llano Alegre, tramo El Pagador-Guía de la GC-2” (inmersa en otras actuaciones complementarias), suman un total de dos millones de Euros para este año, no quedando claro si ese importe es el total de la obra pendiente de ejecutar o sólo lo correspondiente a este año -como dice el comunicado-. Tampoco queda claro en el citado texto el desglose por partidas a cada asunto, por lo que no es fácil adivinar con la información disponible qué importe irá destinado en exclusiva a la recuperación de la zona deteriorada. Tampoco se hace mención a la responsabilidad de la empresa adjudicataria, ni si se han ejecutado los avales o garantías preceptivos por los fallos ahora detectados, o se cargará todo al maltratado erario público.

Las obras en cuestión han sido adjudicadas a la empresa OHL, una de las que formaba parte de la UTE adjudicataria (OHL, Felix Santiago Melian, S.L. y Hermanos García Álamo, S.L.), una de las que ejecutó la obra principal, ahora fallida en este punto…

La fotografía evidencia que hubo algún fallo o error en el proyecto o ejecución de la cimentación de este pilar, pero las imágenes en vídeo son demoledoras al dejar a la vista la inestabilidad de la zona. Al deslizamiento de tierra que se observa en las imágenes, habría que sumar el acontecido en fechas recientes sobre los falsos túneles, casualmente en la misma vertical del pilar ahora descalzado.

La actuación prevista se adivina dificultosa por la inestabilidad y pendiente del terreno. El vídeo en cuestión se subió al canal You Tube durante muy poco tiempo (fue inmediatamente retirado), pero permaneció el suficiente como para que algunas personas consiguiesen descargarlo y subirlo a las redes sociales. Estos días también ha tenido reflejo en la prensa escrita. Es lógica y justificada la preocupación de los ciudadanos que cada día tienen que transitar por esa vía, y que ahora esperan se resuelva con rapidez esta incidencia y que se den explicaciones claras de lo sucedido y del estado general de la obra.

Aunque el peligro es evidente, si continúan los corrimientos de tierra, creo que están por comenzar -si no lo han hecho ya- las obras de refuerzo previstas para este pilar, entre otras, presupuestadas y aprobadas ya por la Consejería de Obras Públicas del Gobierno Canario.presupuestadas y aprobadas ya por la Consejería de Obras Públicas del Gobierno Canario. Esperemos que se resuelva el problema con la urgencia requerida.

De no haber sido por el famoso vídeo difícilmente nos habríamos enterado de la gravedad del asunto, pero aún así, parece ser que a algunos les molesta que determinados asuntos vean la luz pública. El interés de los implicados por “echar tierra al asunto” -y nunca mejor dicho- lo puedo entender, pero a otros se les ve el plumero a dos kilómetros.


Aún así sigue a la espera de solución y ejecución del tramo Bañaderos-Pagador, que sigue siendo una tortura para el automovilista, un peligro para los peatones de la zona y una madriguera para los amigos de la utilización indiscriminada del radar.

Algunos desconocen y otros han olvidado todas las penalidades sufridas por esta comarca y que conviene no olvidar, pero otros prefieren correr un tupido velo sobre todo lo que pueda perjudicar al Gobierno Canario, máximo valedor de la obra, así como la propia UTE adjudicataria de su ejecución. El riesgo y la gravedad de lo ahora descubierto no parece importar a ciertos señores que se dedican a “atacar al mensajero”, molestos con que todo esto salga a la luz. Los miles de millones de dinero público invertido, la seguridad de la principal vía de comunicación del norte de Gran Canaria y los miles de personas que cada día transitan por ella, parece ser son “peccata minuta” para los “guardianes de la mala política” y la negligencia en obra pública.

La alarma social en estos casos la genera la UTE constructora de la obra, en caso de no haber cumplido escrupulosamente las exigencias técnicas, dando las explicaciones públicas oportunas en caso contrario.

La alarma social la genera el Gobierno Canario, obligado a supervisar, certificar y recepcionar la obra pública, si oculta o distrae información fundamental de interés general. Si ha habido un fallo se informa y se corrige, no se oculta.

La alarma social la genera quien, teniendo información sobre un problema grave la oculta para que luego terminemos enterándonos por “un descuido” en las redes sociales.

La transparencia y claridad de las partes implicadas son el primer antídoto contra la alarma social…


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