miércoles, 15 de noviembre de 2017

El plástico, como tantas veces, por Paco Vega.


Hoy me he sentado con la intención de escribir -como tantas veces- y la actualidad me ha desbordado. He querido hablarles de cosas importantes -como tantas veces- pero las urgentes me han sobrepasado. He querido dedicar sólo unos minutos a esta cuestión trascendental para el futuro de la supervivencia humana -como tantas veces- pero ya me duele el culo de estar sentado frente al teclado del ordenador. Así que me voy a tomar un café para estirar las piernas y despejar la mente y regreso.

Ya regresé y debo confesarles que me sentó bien, incluso tuve tiempo para enviarle un mensaje de ánimo a una amiga que lo está pasando regular por una situación personal.

De lo que quería hablarles hoy es del PLÁSTICO. Si, los que separamos los residuos (me parece inconcebible que aún hayan personas que no lo hagan -me consta-) comprobamos asombrados cada día el brutal volumen de plásticos que generamos, especialmente envases, pero también envoltorios, bolsas -a pesar de que ahora las cobran- (nos engañaron vilmente) y embalajes varios. Si extrapolo lo que se genera en mi casa a todas las familias y me parece increíble que las islas no se hayan convertido en un gran vertedero, un inmenso vertedero de plástico.

Lo primero que comprobamos al organizar la separación de residuos es el inmenso volumen que ocupan los plásticos, el cartón y el vidrio. Bien gestionado nos ayudará a sobrellevar mucho mejor el deshacernos ordenadamente de nuestros residuos, favoreciendo su reciclaje posterior por parte de las administraciones. Ahí esta precisamente el primer obstáculo que nos encontramos en el proceso de un adecuado tratamiento de los residuos, que muchas Administraciones no están realmente concienciadas del potencial que tienen nuestros residuos, tratando como un problema lo que realmente es una oportunidad si se gestiona adecuadamente.


Falta concienciación y falta formación por parte de los concejales y alcaldes de turno que ven en los residuos un tema menor, cuando no un problema. Así es como en muchos sitios se externaliza el problema para quitárselo de encima o desentenderse de él, en lugar de afrontar el desafío de futuro que significa un buen tratamiento de los residuos para la población, tanto los urbanos como los industriales (más complejos), pero también los forestales y ganaderos.

Volviendo al tema de los plásticos, que me parece el más serio de todos por su longevidad y permanencia en el medio ambiente cuando no son tratados. Decir que, a nivel personal podemos hacer mucho por disminuir el volumen de los mismos. El consumo de agua embotellada produce sin duda la mayor carga de envases de plástico, seguido de refrescos, zumos y productos de limpieza (no sé si en ese orden porque eso depende de los hogares). Una primera medida para evitar el exceso de envases de plástico sería volver al agua embotellada en vidrio retornable. En una segunda etapa se podría intentar afrontar idéntico comportamiento con el refresco y los productos de limpieza. En grandes ciudades se empiezan a abrir negocios de venta a granel, sin envase de productos de limpieza (mucho más económicos y ecológicos). En la medida que estos negocios se vayan implementando y la concienciación creciendo, podremos ir reduciendo de manera drástica el volumen de residuos plásticos y su nefasta influencia en el medio ambiente, especialmente en el medio marino, en el que empieza a hacer auténticos estragos entre la fauna, que irremediablemente pasa a la cadena alimenticia que acabamos sufriendo todos.

Resumiendo, hay acciones que se pueden acometer a nivel personal, las más importantes, que podrían representar grandes logros para nuestro medio ambiente y un menor coste en la gestión pública de los residuos urbanos. Y también medidas a nivel político en la gestión y posterior tratamiento de residuos.

Que importante es tener al frente de las administraciones a personas concienciadas y dispuestas a marcar la diferencia, y que finalmente cuando le llegue el recibo de basuras al ciudadano no acabe pagando a regañadientes, sabiendo que se trabaja con seriedad por un futuro sostenible.

Hagamos nosotros también, como ciudadanos, algo serio por el futuro de nuestro territorio y las nuevas generaciones. Trabajemos por la disminución del plástico. El mejor residuo es el que no se genera, y con el generado tratarlo adecuadamente.

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