sábado, 8 de febrero de 2014

EL HISTÓRICO ABANDONO DE LA ALDEA, por Paco Vega

El otro día me comentaba un compañero, cuyo padre es aldeano, que cuando era pequeño odiaba tener que ir a La Aldea a visitar a sus abuelos paternos, de hecho, cuando fue mayorcito para tomar sus propias decisiones se negó a ir más. El hombre tiene hoy 40 años, y fue tanto lo que le marcó su infancia este trayecto que hoy en día se siente reacio a volver a tomar aquella serpenteante y peligrosa carretera aldeana.

Seguramente a nadie le quepa duda que trasladarse al municipio de La Aldea de San Nicolás supone más que una aventura para cualquier habitante de la isla redonda pero, ¿alguna vez nos hemos parado a pensar lo que significa para los aldeanos vivir con esa intermitente incomunicación?

En una ocasión acudí al Centro de Especialidades Médicas de Gáldar acompañando a mi madre y allí me tocó vivir una escena tremenda porque pude conocer de primera mano las dificultades de los aldeanos. Otra más. Allí me enteré que en La Aldea no tienen Centro de especialidades y deben trasladarse hasta Gáldar cuando tienen que ser atendidos por un especialista. Para no entrar en detalles sólo les diré que me causó gran impacto comprobar como personas de edad avanzada habían tenido que madrugar muchísimo para coger la guagua y estar a su hora en el médico, pero mucho más me indignó conocer que el médico llegará una hora más tardea su consulta por asuntos personales. Si yo me puse de los nervios al conocer que tendríamos que permanecer aún más tiempo en la consulta con el delicado estado de salud de mi madre, no pude evitar pensar cómo se sentirían aquellas personas -la mayoría ancianos- que además no podrían coger determinada guagua de regreso, lo que les obligaría a pasar el día en Gáldar y a regresar casi de noche. Naturalmente presenté una reclamación ante la falta de profesionalidad y descortesía de aquel médico.

Estos días hemos vuelto a tener conocimiento de nuevos y peligrosos desprendimientos en esa carretera, mientras que la obra de la nueva vía sigue parada por falta de dinero. Sin embargo hay dinero para “Fitures” y viajes autonómicos y ministeriales. Hay dinero para rescatar bancos y para mundiales de baloncesto con su inversión correspondiente en pabellones deportivos. Incluso se plantean proyectos de instalación de gradas supletorias en el estadio de Gran Canaria para que los aficionados puedan soplar en el cogote de los jugadores.

Los aldeanos deben pedir el respeto que se merecen, pero todos los grancanarios debemos apoyarles en su reivindicación, porque además de justa y necesaria es de vida o muerte. Y esto no son palabras huecas sino hechos contrastados. La lista de personas que han perdido la vida en esa carretera es ya demasiado larga, con agentes de tráfico incluidos. No es posible que se recorten los dineros para una obra prioritaria como esta cuando en dinero se sigue gastando a manos llenas en acontecimientos totalmente prescindibles en momentos de crisis.

¿Cuántos muertos necesitan los Gobiernos para acometer esta obra vital para los aldeanos?

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