viernes, 30 de noviembre de 2012

LA CARRETERA DEL NORTE Y LOS CONDUCTORES PROTESTONES

Ya estamos a punto para celebrar la navidad y en la carretera del norte continuamos con nuestro particular Vía Crucis. La obra Pagador-Guía sigue dándonos dolores de cabeza. Primero por su propia construcción, posteriormente por los retrasos acumulados y la mala gestión de los inevitables cortes y desvíos de tráfico, y ahora porque, después de finalizada, parece ser que sigue siendo necesario cortar un carril al tráfico en ambos sentidos, incluidos los fines de semana (aunque no se trabaje). Debe ser que es muy trabajoso poner y quitar unos cuantos conos cada día para proteger la seguridad de los trabajadores. En motivo esta vez parece ser la instalación del cableado para el alumbrado de las luminarias de que está dotada la vía, cuyas conducciones van soterradas en la mediana de la autovía. Sorprende ver, después de años de colas y atascos de tráfico, que otra vez volvemos a las largas caravanas a pesar del multimillonario desembolso económico que ha supuesto la construcción de esta carretera. Por las mañanas, a primera hora y sentido Las Palmas de Gran Canaria, al estar anulado un carril de los dos existentes, tenemos que sufrir lo que desde hace tres décadas venimos padeciendo. A pesar de no observarse ningún operario ni máquina a esas tempraneras horas (entre 7 y 8 de la mañana), esos 60.000 vehículos que dicen circulan cada día por la vía, se ponen de acuerdo para formar “el trenecito”, cuyos conductores, con cara de tontos, buscan con la mirada algo o alguien que justifique tamaña majadería.

El efecto acordeón que inevitablemente se produce, hace que posteriormente el cuello de botella que habitualmente se forma el las proximidades de la Granja del Cabildo con la incorporación de los vehículos que se incorporan de Arucas sea aún más importante, aumentando su densidad en un lento discurrir hasta su llegada a la capital.

Y poco contentos con la faena que cada día nos hacen padecer a miles de pacientes y resignados conductores, los fines de semana también se quedan cortados al tráfico los carriles, a pesar de la inactividad total de las obras. Pero seguro que deben tener “razones superiores” que a mi se me escapan -pobre mortal- que justifiquen esta tomadura de pelo.

Seguramente la culpa es de los conductores protestones que cada día tienen la mala costumbre en ponerse de acuerdo para ir todos juntos a trabajar, estudiar, etc. Que sabrán estos “mauros” de como se hacen las cosas...

Maestro Pancho.-

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